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miércoles, 10 de noviembre de 2010

Cazador cazado

 “El ya famoso episodio de las lolitas de Tokio se produjo, pero no en los términos literariamente exagerados en que yo lo conté. Estoy seguro de que tenían más de 13 años, por lo pronto. Lo de 13 años es una forma de hablar. Igual podría haber dicho 18 o 10. Y en segundo lugar, no pasó nada. Fue un juego. La palabra trajinar, sobre la que tanto se está hablando, es una palabra muy ambigua, que significa muchas cosas y que viene simplemente de trajín. Yo ahora en este chateo estoy trajinando”.

Así se justificaba Fernando Sánchez Dragó en su página web después de la polémica levantada por sus revelaciones en el libro “Dios Los Cría…” escrito junto a Albert Boadella. En este libro el escritor español aseguraba haberse acostado con dos "zorritas" japonesas de 13 años.  

Pero más allá del debate sobre turismo sexual y apología de la pedofilia que se ha generado,  resulta interesante ver cómo se inició la polémica sobre un libro que lleva publicado más de tres mes:

  •  El sábado 23 de octubre Xabi Larrañaga publicaba un artículo titulado “A cazar lolitas”, es el primero que lee el libro, se da cuenta de lo que está diciendo Dragó, y lo publica. Aquí está el enlace del artículo: 
  • El lunes al mediodía un usuario de Menéame  publicada en Noticias de Navarra y la envía al agregador. Imediatamente llama la atención del resto de usuarios que la votan y consiguen que aparezca en portada en menos de media hora.
  • Por la tarde y noche del lunes empiezan a publicar la historia los primeros medios y blogs, y a partir del martes la bola va creciendo.
  •  El miércoles 27, tanto Diario de Noticias de Álava como su homónimo de Navarra se apuntan el tanto.
Pues bien, podemos preguntarnos ahora ¿qué hubiera pasado si Larrañaga no se hubiera leído el libro y si  o si Menéame no hubiera reseñado su artículo? Pues que seguramente el PSOE no hubiera intentado llevar ante el defensor del menor a Dragó por considerarle un “pederasta confeso”, que el comité de empresa de telemadrid no hubiera pedido a gritos su despido” o que un grupo de escritores no hubiera firmado un manifiesto a favor de Dragó

Sea como sea, si el episodio que relata Dragó es ficción o realidad sólo lo sabe él y los que ese día le acompañaron. Otra cosa es que la sociedad vea ofensivas este tipo de declaraciones y más aún cuando los protagonistas son menores de edad, a los que nuestra constitución otorga una especial protección. Llamar "zorritas" o "putas" a chicas que según él podían tener treces años, no tiene justificación alguna, aunque fuera una exageración. libertad de expresión, por supuesto, pero una vez ejercido ese derecho hay que estar preparado para ser juzgado y reprobado. 

















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